viernes, 26 de agosto de 2011

Otra buena noche de cielo profundo

¡Hola!
Tras el éxito que tuvo la observación del 23 de agosto (véase Excelente jornada de observación en profundo), decidí repetir sitio de observación. Por lo que, ayer, con algo menos de humedad en el aire, aunque alguna que otra racha de viento, y, por fin, con una linterna roja, volví a montar el telescopio en dicho lugar de observación, estando observando en el mismo rango de horas. La noche era más oscura, por lo que la aclimatación a la oscuridad fue más rápida que en la noche del 23 de agosto, a la vez que más completa (era posible ver Epsilon Lyrae a simple vista sin ninguna dificultad). Por lo tanto, rápidamente me dispuse a realizar observaciones telescópicas.
El primer objeto visualizado fue la estrella Vega, o Alfa Lyrae, con el objetivo de comprobar la alineación del buscador y la colimación del reflector. La alineación del buscador era perfecta, pero había un pequeño problema, casi imperceptible, de colimación (más adelante, pude comprobar, una vez en casa y con el ocular colimador, que uno de los clips del primario no se veía tanto como los otros dos. La colimación del secundario fue corregida casi instantaneamente, y la colimación del primario sigue como llegó de la tienda, intacta). No era un problema muy gordo, por lo que continué con mis labores telescópicas. Pasé, entonces, a Epsilon Lyrae, con el objetivo de comprobar el seeing. Aunque se podían separar las 4 estrellas, el seeing era algo peor que el del 23 de agosto, pero suficientemente bueno como para realizar observaciones a 120 aumentos.

Constelación de la Lira
Constelación de la Lira


Tras dichas pruebas, empezó la observación verdadera. Al igual que la anterior noche, quise empezar con algo que nunca hubiese visto (en aquella ocasión, el objeto fue el cúmulo globular Messier 13, o Cúmulo de Hércules). Por lo que apunté el buscador hacia un invisible punto que se situaba entre Sulafat y Sheliak (Gamma Lyrae y Beta Lyrae, respectivamente). Puse el ocular de 25mm y miré a través de él. Ahí estaba, la nebulosa planetaria Messier 57 (o Nebulosa del Anillo), mi primera planetaria. Tras centrarla en el ocular, cambié al de 10mm. Aparecía bien definida, y se apreciaba, a golpe de vista, que el centro era algo más débil que la periferia. Si tenéis la oportunidad de observarlo, no la desaprovecheis...

Messier 57
Messier 57, por el Telescopio Espacial Hubble


A continuación, me dispuse a observar otra planetaria cercana, también objeto Messier: Messier 27, o Nebulosa Dumbell. Tras localizar Albireo, y gracias al SkyAtlas 2000.0, estuve haciendo alineaciones de estrellas para localizar la nebulosa (método conocido como "Star hopping"). Sin embargo, el trabajo no dio sus frutos... Aunque espero volver a repetir la observación pronto para intentar tachar otro Messier de la lista.

Por último, y como despedida de la noche, estuve observando, de nuevo, el cúmulo de Hércules. Se veía incluso mejor que la otra noche, permitiéndome ver, ahora de manera clara, unos detalles que, en la anterior observación, eran fugaces: la presencia de una zona oscura en el cúmulo, que, a modo de ría, se introducía en él. Dichas zonas oscuras concuerdan con las descritas por Leonor Ana Hernández en su blog Dibujando el Alma de la Noche (véase Interior de M13: Regiones oscuras). También se podían apreciar, de nuevo, las patas de araña o cangrejo que observé el 23.

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