viernes, 13 de febrero de 2015

Y por fin, la familia completa...

¡Hola! En primer lugar, y a modo de off-topic, me gustaría agradeceros que hayamos cumplido una nueva meta en el blog, llegar a la cifra que propuse hace exactamente un año, en la mitad de tiempo del objetivo. El haber llegado a estas 15.000 visitas ha significado mucho para mi, en especial tras unos meses de estudios en los que he tenido el blog algo descuidado. Así pues, para todos vosotros, ahí van 15.000 gracias. Tras este pequeño inciso, me gustaría anunciaros una nueva adquisición, con la cual se cierra la familia, compuesta hasta ahora por el telescopio que compré en 2009, la cámara réflex de 2012, la tablet Nexus de 2013 y el smartphone Nexus del pasado año. Como muchos de vosotros sabréis, empecé a estudiar un Grado Superior de informática (en concreto, el Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, o D.A.M. para los amigos) el pasado año. Al poco de comenzar el curso, tanto mis compañeros como yo empezamos a llevar nuestros portátiles a clase para así poder llevar el trabajo a casa sin necesidad de recurrir a la nube. Pero remontemos un poco más.

Mi anterior portátil, un Toshiba Satellite C855-10W

El comienzo del fin

Corría el pasado verano. Debido a mis frecuentes idas al Lago de Jaraíz, apenas usaba el ordenador, por lo que no puedo dar una fecha o intervalo de tiempo concreto. Lo único que puedo decir es que un día, empecé a ver cómo mi portátil Toshiba no apagaba. Un fallo sin importancia pensé, pues yo era más de hibernar. Y si quería apagarlo del todo bastaba con reiniciar y extraer la batería una vez apagado. Pero poco a poco fue a más y empezó a afectar al inicio, por lo cual dejó de encender, obligándome a iniciar siempre accediendo al menú de selección de arranque. Tampoco mucha importancia por el tema de la hibernación. Comenzaron las clases. Necesité instalar varios programas para programar, y empecé a ver las carencias del equipo. Empecé a plantearme el formateo (más aún desde un fallo que hizo que se dañase el disco duro, aunque conseguí salvarlo sin borrar ningún sólo dato), decantándome por ahorrar para un nuevo portátil, mientras tanto seguiría con el Toshiba.. Entonces apareció Windows 10.

Esperanza pasajera

Instalé Windows 10 entonces. Parecía haber perdido el ordenador algo de su velocidad, aunque era normal pues ya tenía el HDD sus años (en Windows 8 hacía ya tiempo que la había perdido). Pero parecía que se habían solucionado los errores al encender en gran parte, al pedir ahora seleccionar el sistema operativo, no así el fallo a la hora de apagar.
El problema vino al venir una nueva build de Windows 10. La partición que había asignado se quedó corta, por lo que intenté reducir el espacio ocupado. No solo no lo conseguí, sino que además se dañó la partición al estar el HDD ya dañado de por sí, por lo que tuve que reducir aún más la partición de Windows 8 para crear una nueva partición más grande, de 150Gb. Conseguí instalarlo mediante actualización de la versión que ya tenía, pero no fui capaz de cambiar de inglés a español, por lo que tuve que formatear. Ahora sí, estaba con Windows 10, y en español. Pero el error que tuvo la partición, en un momento crítico en clase, hizo que el proceso final se catalizase.

Por fin

Tras estar unas semanas más, conseguí recaudar los fondos necesarios para adquirir el nuevo portátil. Durante los meses en los que encuadramos los hechos de esta entrada, estuve mirando varios modelos, aunque me dacanté finalmente por la marca MSI, por ser sinónimo de calidad a precios razonables. Finalmente, tras varios cambios de modelo, elegí el modelo GE60 2PC-480XES, el cual compré hace relativamente pocas semanas. En principio, la fecha estimada para la compra estaría entorno a los carnavales, pero una ligera bajada de precio unido a que quedaban pocos en stock catalizó aún más el proceso de compra.
A día de hoy no puedo estar más contento por el ordenador. Lo primero que hice con él fue meter Windows 10 (aunque más tarde cambié a Windows 8.1 debido a un problema con el driver de vídeo), ampliar la RAM de 4 a 8Gb (usando el módulo de 4Gb con el que también amplié el Toshiba de 4 a 8Gb, aunque más tarde tuve que comprar otro nuevo ya que el antiguo era de 1333MHz y el del MSI era de 1600MHz) e instalar un SSD (Solid State Drive o Unidad de Estado Sólido) de 128Gb aprovechando una ranura mSATA libre. En cuanto a demás especificaciones, encontraríamos un procesador Intel i5 4210H (dual core de 2,9GHz en 64bit, la frecuencia aumenta hasta 3,5GHz al saltar el Turbo Boost), un HDD de 500Gb 5400RPM, una gráfica nVidia GTX 850M GDDR5, pantalla fullHD... Espero que este ordenador me traiga tantas alegrías como antaño me dieron tanto el Toshiba Satellite A110-160 como el Toshiba Satellite C855-10W, aunque eso sí, también espero que no tenga un final como el de aquellos dos (marcado tanto por los constantes problemas y cuelgues del primero por su baja potencia debido a su antigüedad, como por los numerosos problemas del segundo debido a fallos de hardwa

sábado, 18 de octubre de 2014

Y así se cumple la "profecía"...

¡Hola! Aproximadamente un año ha pasado desde que compré mi Nexus 7. Es algo que podemos recordar al leer Como cada año, tenemos "cachivache" nuevo. Sin embargo, esta entrada no va dedicada a dicha tablet. Como podéis ver en la entrada del año pasado, en el párrafo final, expreso mi deseo de que una imagen, situada en su parte superior, se haga realidad, y sostengo que es probable que, en las mismas fechas del siguiente año, esto se cumpliese. Esta entrada significa que hace unas semanas, unos 11 meses después, se cumplió la "profecía".
¿Qué esconderá?
¿Qué esconderá?
En efecto, casi un año después, y tras probar la experiencia Nexus, mi smartphone, un Sony Xperia P, se empezó a quedar corto. Además, poco a poco empezó a tener más problemas, tales como menor autonomía, algún que otro brick (se solucionaba formateando vía flash, pero no era nada cómodo), y lag con las llamadas (a veces tardaba más de una decena de segundos en sonar, y otros tantos en contestar dicha llamada). Tras más de año y medio con él, llegaba el tiempo de renovar.

¿Cual sería mi nuevo smartphone? Sony lo descartaba, por precio y su acelerada obsolescencia (que había sufrido con el P y a punto estuve con el Neo V). Samsung tampoco, tanto por precio como por su capa de personalización, que no me gusta demasiado. De hecho, no quería ninguna capa que se diferenciase un mínimo de AOSP. ¿Probaría suerte con algún chino? Tienen precios muy competitivos para lo que ofrecen, pero temo que no tendrían el mismo soporte que alguna de las marcas clásicas.

En definitiva, o bien optaba por un móvil normal y barato para meter AOSP (Cyanogen), o intentaría repetir la mejor experiencia Android que he tenido... la experiencia Nexus. Y así obré.

A decir verdad, desde que salió el Nexus 5 quise un smartphone Nexus. Sin embargo, eran bastante más caros que los smartphones que había tenido, y el Xperia P había cumplido sólo 8 meses. Tras los bricks del Xperia, me tomé más en serio que era hora de dar el salto. Esto vino unido al despertar de una nueva afición, el desarrollo Android, que empecé con mis primeras modificaciones a WhatsApp. Comencé a ahorrar. Aún quedaban muchos meses para mi cumpleaños (mi objetivo) y para entonces habría salido el hipotético Nexus 6. A un mes y medio de la fecha prevista, había conseguido ahorrar lo suficiente para el Nexus 5. La duda era si comprar éste o esperar lo poco que quedaba para comprar el Nexus 6 que, supuestamente, se llamaría Nexus X. Pero filtraciones del precio, así como más errores del Xperia (la batería me duraba apenas horas y coger llamadas era ya una utopía) decantaron la balanza.

Se nota la diferencia de tamaño...
Se nota la diferencia de tamaño...
Así, 3 días antes de mi viaje a Oporto (del que aún estoy escribiendo la entrada, estoy realizando algunos cambios a nivel interno en el blog para mejorar su estabilidad), me aventuré a comprarlo vía Amazon (ya que sería 50€ más barato que en Google Play pero manteniendo una garantía similar). Dos días antes del viaje me llegó, y al día siguiente la funda. He de decir que, si la experiencia Nexus que tuve con la Nexus 7 era ya muy buena, de sobresaliente, con el Nexus 5 ésta llegó a matrícula de honor. El nivel de fluidez es impresionante, y el único lag que he tenido ha sido a la hora de cargar el mapa 3D de Los Angeles en Google Earth (y con unas cuantas apps ya abiertas en la multitarea).
Vista trasera de los Nexus Vista delantera de los Nexus
Doble Nexus, sensación única
Por lo tanto, ahora tengo smartphone y tablet para rato. Lo bueno de los dispositivos Nexus es que envejecen bastante bien, y más aún con la llegada de Android 5.0 Lollipop (versión que ya disfruto en la Nexus 7, no así en el Nexus 5 debido a que estoy esperando a la OTA).

miércoles, 2 de abril de 2014

Viaje exprés a Madrid

¡Hola a todos! Hacía tiempo que no me pasaba por aquí. Desde la última vez, he estado bastante atareado con los estudios, así como viniendo periódicamente al pueblo para pasar los fines de semana con los amigos. Sin embargo, no penséis que me he olvidado de vosotros. Durante este tiempo, han sucedido varios sucesos. En primer lugar, afectando al blog, durante una semana, más o menos, el blog estuvo caído, sin embargo por ahora parece que todo funciona como debería. En segundo lugar, ya fuera del propio blog pero dentro de la temática de la informática, en enero empecé a modificar la aplicación de WhatsApp de Android para incluir los emoji de Hangouts (los oficiales de Android KitKat). Recientemente, me animé a publicar esta modificación en Aptoide, la cual actualizo al momento cuando sale alguna actualización oficial.

Yendo a lo más personal, también fue hace poco cuando me fui a Madrid, de viaje, con mi amigo Miguel Ángel. A continuación os contaré la historia de dicho viaje. Todo comenzó cuando, en diciembre, conocí la noticia de la Fernando Alonso Collection. Sin duda alguna me encantaría ir allí, pensé. Rápidamente contacté con algunos familiares que pudieran ser futuros visitantes de la capital española. Sin embargo, en enero yo no podría ir, a causa de los exámenes de la facultad. Comenzó febrero. Volvía a estar libre en tanto que los exámenes había finalizado, pero sin embargo decidí ir todos los fines de semana al pueblo debido a que un amigo mío iría al extranjero. Quería pasar unos últimos momentos con él antes de que se encaminase rumbo a Lisboa para coger un avión que no le traerá de vuelta hasta dentro de un año al menos. Marzo. El mes comienza de la misma forma que el anterior, cuando de repente, a finales de mes, y tras haber perdido la esperanza por quedar apenas un mes de exposición, acontece un cúmulo de casualidades que, por supuesto, ha hecho posible esta historia. En primer lugar coincidió con que en la semana siguiente habría una huelga de varios días, por lo que me quedaría una semana completa (esto es, entre diario) en el pueblo. En segundo lugar, coincidió también con que dicha huelga sucedió 2 semanas antes de Semana Santa, por lo que el ritmo de estudio era ligeramente menor, algo que facilitaría un viaje de tal magnitud.

Por último, coincidía con que Miguel Ángel, que está estudiando en Madrid, vendría al pueblo para luego retirarse a su ciudad de estudio, algo que haría presuntamente el miércoles o jueves de aquella semana, permitiéndome también pasar mi primera noche madrileña en 2 años, en su piso. La tarde del miércoles 26 de marzo nos dirigimos a la cercana Navalmoral para coger un autobús que nos acercase a la capital española, sin embargo por apenas 2 minutos no llegamos a tiempo, por lo que tuvimos que conformarnos con el tren, el cual sería más lento debido a sus múltiples paradas. Cuando llegamos a su piso, en Madrid, apenas quedaban unos minutos para medianoche. Antes de apagar las luces para entregarnos a Morfeo, dedicamos unos minutos para planear lo que haríamos al día siguiente, debido a mi indecisión sobre ir por la mañana o por la tarde a la exposición. Decidimos finalmente que, por temas de puntualidad a la hora de volver a mi residencia verata, lo mejor sería que visitase la exposición por la mañana, dedicando las horas post-almuerzo a visitar a mi familia de Madrid. El plan no sufrió variaciones a lo largo de su realización, por lo que pude visitar la exposición, donde hice una buena cantidad de fotos (ver galería). A continuación os dejo con algunas de ellas (click en ellas para ver sus datos EXIF):

Una experiencia, sin duda, inolvidable para un seguidor de este deporte como yo, la cual me gustaría repetir en un futuro cercano, siempre que se vuelva a realizar una exposición así.

domingo, 23 de febrero de 2014

Novedades para el blog

Esto es un no parar. Si hace unos días os comunicaba la noticia de que llegábamos a las 10.000 visitas, hoy tengo otra noticia más que afecta al blog. Como habréis podido ver todos aquellos que me estéis leyendo, el blog ya no está en su antigua dirección (http://adrian1310.blogspot.com), aunque se podrá seguir accediendo desde ella. Ahora, el blog tiene como dirección web la dirección http://www.adriancepeda.es. Como dije antes, esto no significa que desde la antigua dirección no se pueda acceder: el blog sigue gestionado por Blogger y, por tanto, al acceder al enlace antiguo, éste redirigirá a la nueva dirección, en la cual es importante escribir "www." debido entre otras cosas a futuras novedades en dicho enlace. Se cumple, así, otro de los sueños que tenía cuando abrí el blog, el disponer de un dominio propio. Esto es algo que tengo que agradecer, sobre todo, a F.M.L. (no escribo el nombre completo por cuestiones de privacidad), por toda la ayuda proporcionada esta última semana.

lunes, 17 de febrero de 2014

¡¡¡Diez mil gracias!!!

¡Hola a todos!
Escribo esta entrada para comentaros que, gracias a todos vosotros, mis queridos lectores, se ha cumplido en el Cuaderno de Adrián una de las metas que me propuse cuando publiqué el blog, llegar a la decena de millar de visitas. Sin duda alguna, este número, de ya 5 cifras, me anima a continuar escribiendo, publicando y comentando, todo aquello que suceda en mi vida como informático, fotógrafo o astrónomo, así como punto de reflexión.
Tras haber conseguido esta meta, la próxima sería los 15.000 visitantes, los cuales me gustaría conseguir en un par de años, aunque por ahora ya estoy muy contento por llegar a las 5 cifras, uno de los retos que me puse al crear el blog. Muchas gracias a todos vosotros por leerme y soportar algunas veces mis delirios mentales jeje.
Un saludo a todos, nos vemos en la siguiente entrada ;).

domingo, 16 de febrero de 2014

Reflexiones

¡Hola a todos!

Hacía tiempo que no me pasaba por aquí. Las clases me vuelven a dejar agotado, y además he estado enfermo, pero he sido capaz de sacar algo de rato libre para compartir con todos vosotros, mis queridos lectores, algunas reflexiones que he estado haciendo las últimas semanas.

Vivimos en un mundo social, dominado por las redes sociales y la mensajería instantánea. En cuanto no nos va internet nos tiramos de los pelos, maldecimos a seres que no lo merecen y nos ponemos en estado de alerta/gato en celo (siendo más recomendable echarnos gasolina encima y encender una cerilla, así no se molesta a los demás xD). Todo cambia cuando vuelve a aparecer la señal. Sí, la señal, algo que pocas personas saben qué es realmente, pero que todos queremos tener.

¿Donde quedó la relación humana, persona a persona? No es lo mismo hablar cara a cara que por teléfono, pero esto último es aceptable, ya que quizá la distancia sea grande. Pero, ¿escribir en una pantalla día y noche? No, lo siento, pero no. Estará muy bien y todo lo que digais (de hecho no lo discuto, yo también suelo whatsappear), pero eso no es relacionarse ni es nada. Símplemente es introducir unos bits determinados en una máquina computacional, que los envía a traves de la eterea y siempre presente señal para que lo reciba el dispositivo del destinatario. Pero no nos engañemos, el novio que le escribe a la novia "te quiero" no escribe eso, sino una secuencia de unos y ceros que, interpretados de tal manera, dibujan esa frase, pero lo más probable es que, interpretando al azar, nos salga un garabato ilegible.

Lo mismo, aunque en menor medida, ocurre con las personas y las conversaciones reales. Porque todos, al oir la palabra amigo, pensamos, si no en lo mismo, en algo similar a esto: persona con la cual mantienes una relación tal que nos ayuda desinteresadamente, a lo cual nosotros respondemos ayudando desinteresadamente también. Yo pensaba lo mismo. Pero en las últimas semanas varias personas me abrieron los ojos y me hacen incluir a la anterior definición, y que no te fallará fácilmente, al igual que tú tampoco le fallarás, aunque alguna de las dos sea coaccionada a ello por familiares o amigos.

¿Qué quiero decir con esto? Soltemos por unos instantes el teclado o la pantalla táctil. Dejemos nuestra constante búsqueda de la señal, salgamos a la calle y reunámonos con los amigos. Pero con los de la nueva definición, esos serán los verdaderos amigos. Pero tampoco estemos apartados de aquellos menos amigos, ex-amigos o incluso rivales. Como citó la pelicula Rush, A wise man can learn more from his enemies than a fool from his friends (Un hombre sabio aprende más de sus enemigos que un necio de sus amigos).

sábado, 1 de febrero de 2014

Vuelta a la aventura

¡Hola!
Escribo esta entrada para re-despedirme del pueblo de nuevo. Tras las navidades y algunos fines de semana aquí para descansar de los exámenes, he de volver a la capital de provincia para proseguir mis estudios. Me esperan asignaturas nuevas, profesores nuevos, experiencias nuevas. Acostumbrarme a los nuevos horarios. ¿Qué me esperará en los siguientes meses fuera del pueblo?
El primer semestre del curso finalizó, algo que me ha enriquecido como persona. Ya sé lo que es ser independiente, valerme por mi mismo, creo que me ha hecho madurar más. Porque cuando uno vive con los padres todo parece fácil, hasta que se enfrenta al reto de tener que hacer todo por uno mismo. Desde las comidas hasta la limpieza, hasta el levantarse por las mañanas a sabiendas de que nadie lo hará si te despistas (lo reconozco, soy de aquellos que les cuesta mucho despertar). Agradezco por tanto a mis padres, por todos estos años en los que me han ayudado tanto, algo de lo que me he dado más cuenta aún en estos duros meses de transición.
Ya me valgo por mi mismo, me siento más responsable. Estudio cuando tengo que estudiar, limpio cuando tengo que limpiar, como (o ceno) cuando tengo que hacerlo, me levanto a la hora. Aquellas duras semanas iniciales parecen ya muy distantes en el tiempo, inalcanzables hasta con un deLorean. Ahora mismo siento que todo es posible.
Volviendo al tema inicial de la entrada, sí, vuelvo a irme del pueblo para afrontar el segundo semestre con más ganas que nunca. Pero eso no significa que no vuelva. En el pueblo dejo a mis padres, mi hermano, gran parte de mi familia, y a mis amigos y amigas. No puedo vivir sin ellos por mucho que me independice, los necesito, a todos y cada uno por igual, por lo que seguiré viniendo periódicamente a esta localidad verata que tantos recuerdos me trae. El pueblo que me vio crecer, madurar, aprender, enamorarme.
Este pueblo es y siempre será especial para mi por esto y mucho más, y siempre, siempre, lo echaré de menos. Lo echo de menos a cada despertar, a cada lección dada en la facultad, a cada descanso, y cada vez que vuelvo a la cama. Pero no puedo echarme atrás, ahora no. La Universidad es muy importante para mi, y aunque eche de menos el pueblo cuando estoy en Cáceres, también echo de menos la facultad cuando estoy en el pueblo.
Por último, me gustaría despedir esta entrada diciéndoos que en breve, tendréis una entrada especial, pues estamos a muy pocas visitas de las 10.000 visitas, una cifra muy redonda, y uno de mis objetivos iniciales al crear el Cuaderno de Adrián. Muchas gracias a todos por cumplir ese sueño que aquel Adrián de 2009 tuvo, al inscribirse en Blogger.