viernes, 18 de octubre de 2013

Como cada año, tenemos "cachivache" nuevo

¡Hola!
Como bien dice el título, y al igual que el octubre pasado (léase Nuevo miembro de la "familia": mi primera DSLR), he aprovechado el dinero ahorrado para comprar un nuevo objeto tecnológico, esta vez en aras de incrementar mi rendimiento académico. Pero antes, tal y como hice el año pasado, toca una breve introducción.
Remontémonos al 24 de agosto de 2009. Tras el boom de los smartphones gracias al iPhone de Apple, y tras estar con un pre-smartphone (Motorola RAZR V3x), decidí comprar mi antiguo Nokia 5800 XpressMusic (véase Mi nuevo móvil). Por aquel entonces, se trataba de un smartphone puntero, que rivalizaba con la primera y entonces única generación de iPhone. Sus grandes bazas: una pantalla táctil, conectividad 3G y WiFi, GPS...

Nokia 5800 XpressMusic

Gracias a este móvil con internet, podía navegar prácticamente en cualquier parte, dejando entonces el ordenador para navegar por páginas más complejas o incluso sólo para escribir. Sin embargo, pronto la pantalla se me quedó pequeña (3.2 pulgadas no son suficientes), por lo que, en diciembre del año siguiente, conseguí mi primera tablet, un Zenithink ZT-180 de 10 pulgadas y sistema operativo Android 2.1 Eclair (que más tarde actualizaría a 2.2 Froyo). Aquí la experiencia de navegación, ver películas, vídeos, libros, cambiaba radicalmente. Sin embargo, su poca RAM hacia de ese dispositivo muy lento, y la pérdida del Android Market (precursor del Play Store) aceleró su desuso. Sin embargo, aquí estrené aplicaciones tales como WhatsApp (debido a que en Symbian no había opción para desactivar los datos).

Zenithink ZT-180

La mala experiencia Android que tuve con esa tablet hizo que no renovase el teléfono 2 meses después, cuando cumplí el contrato, y que esperase un año más, hasta el 18 de abril de 2012, para adquirir otro. Pasé así al mundo Android de pleno, pues hemos de recordar que antes de ese día mi única experiencia Android fue con la ZT-180. El smartphone agraciado fue el Sony Ericsson Xperia Neo V, un smartphone de gama media, con características tales como un procesador a 1GHz, 512MB de RAM, Android Gingerbread 2.3.6 (que más tarde actualizaría a Android Ice Cream Sandwitch 4.0.4), y una pantalla de 3.7 pulgadas.

Sony Ericsson Xperia Neo V

Por aquel entonces, ese móvil fue el mejor que tuve. Su espacio de almacenamiento era ideal para el uso que solía dar al móvil, entre ellos, programas de edición fotográfica y programas astronómicos (recomiendo Photoshop Touch, por 7,99€, para la edición fotográfica, y Sky Map, gratuito y de Google, para fines astronómicos). Sin embargo, y debido a un desafortunado golpe en enero de este año, dejó de funcionar. En un principio parecía ser la pantalla, pero tras cambiarla pudimos comprobar (gracias sobretodo al SAT de Sony) que en realidad se había dañado la placa base y por ello no volvería a encender.

Tuve que volver, entonces, al Nokia 5800 como medida temporal. Tras pasar 8 meses con Android, la vuelta al Symbian fue bastante dura para mí, en tanto que gran parte de programas que usaba no estaban disponibles para esta plataforma. Afortunadamente ya disponía yo de un plan de datos, por lo que programas que antes no podía usar en el Nokia, como WhatsApp, pudieron ser utilizados en esta ocasión. Pero todo cambió cuando recibí una llamada de Yoigo, en la cual me ofrecían cambiar de teléfono con un descuento de 30€ por la pérdida de mi anterior Sony-Ericsson. Así, por prestaciones, pantalla y diseño, me decanté por renovar la marca japonesa y pasar a mi actual Sony Xperia P.

Sony Xperia P

Hasta ahora, este sí ha sido el mejor smartphone que he tenido (aunque no el mejor que he probado, pues he podido probar tanto iOS con un iPhone 5, como, dentro de Android, un Nexus 5, sin contar con otros muchos excelentes como el Sony Xperia Z1, Samsung Galaxy S4, Samsung Galaxy Note...), con su procesador dual-core de 1GHz, su pantalla de 4" y WhiteMagic (duplica el brillo de pantalla sin aumentar el consumo de batería), su cámara de 8MPx (superando incluso a mi antigua cámara, mi Olympus Camedia 7070 Wide Zoom), su RAM de 1Gb, Android Ice Cream Sandwitch 4.0.4 (actualizado más tarde a Android Jelly Bean 4.1.2)... Gracias a tener un móvil como este, entré de lleno en el mundo de la personalización y modificación de Android, tras rootearlo (algo que uso, sobre todo, para incrementar su rendimiento y mejorar su autonomía) e instalarle el ClockWordMod (un menú Recovery modificado, desde el que instalar características al sistema, entre ellas características de móviles de gama alta mucho más nuevos, como el Xperia Z1).

Tras tantos meses con este móvil, mi experiencia Android había mejorado tanto que estaba decidido a probar suerte en el terreno en el que ésta había sido peor, el mundo de las tablets. Estuve comparando precios durante el verano, sin embargo no dispuse de financiación suficiente, por lo que decidí esperar. Llegó el momento de irme de Jaraíz para estudiar en Cáceres, donde llevaba el portátil a clase para seguir las clases por los apuntes oficiales. Pero tanto traslado acabó dañando mi espalda y hombro a causa del maletín, lo cual hizo que cambiase el maletín por una mochila para portátil pero, sobre todo, que me volviese a interesar por el mundo de las tablets, por la portabilidad de éstas. Afortunadamente, y tras haber ahorrado algo, mi cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina, por lo que podría disponer de aún más dinero para comprar la tablet ideal.

Si hay una cosa que ocurre al estar metido en el mundo Android, es que uno comienza a saber mucho acerca de cada tablet y Smartphone del mercado. Así, uno sabe que Nokia saca teléfonos fluidos y bien construidos, Sony unos móviles resistentes y cercanos al AOSP, Apple fluidísimos aunque algo caros (y cerrados), Samsung terminales excelentes aunque lastrados por TouchWiz... Pero sobretodo, sabe que la mejor experiencia Android que se puede tener es al poseer un dispositivo Nexus. Por tanto, si quería la mejor experiencia Android en una tablet, debía lanzarme a por una Nexus 7 o una Nexus 10. Esta última quedó descartada tanto por salirse de presupuesto como por su inferior portabilidad con respecto a su hermana menor, por lo que la agraciada fue la tablet ASUS Nexus 7 en su versión de 2013.

ASUS Nexus 7 2013

Con su pantalla de 7", procesador quad-core a 1.5GHz, 2Gb de RAM y Android Jelly Bean 4.3 (más tarde actualizado a Android KitKat 4.4.2) ha sido hasta ahora el mejor dispositivo Android que he tenido. Usado sobre todo para clase (ver apuntes), también lo uso para algún que otro juego, así como ver multimedia. De momento no he hecho root a esta tablet, algo que no he necesitado debido al añadido del modo ART desde Android 4.4 KitKat.

Ojalá se convierta en realidad

¿Qué deparará el cumpleaños que viene? Nadie lo sabe. Puede pasar desde que no compre nada hasta que compre el móvil de mis sueños, un Nexus 5 o, más bien, su sucesor, el posible Nexus 6 que saldría en octubre/noviembre de 2014. Quizá, el año que viene, la imagen de encima de este párrafo sea una realidad. De momento, me esperan 12 meses de ahorro y reflexión, durante los cuales, e incluso tras ellos, seguiré disfrutando de mi Nexus 7.

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